Un paciente hospitalizado es aquel quien visita el establecimiento para recibir atención para el cuidado de su salud, ya sea para obtener un diagnóstico o un tratamiento, pasando la noche en el recinto. La decisión para la admisión de hospitalización es una decisión médica compleja basada en el juicio de un especialista y la necesidad de atención hospitalaria.

Como paciente internado debe ser tratado con cortesía y respeto, debe estar enterado de quién es responsable de su cuidado y qué servicios de apoyo tiene a su disposición. Asimismo, su médico tratante tiene que proporcionarle información sobre su estado de salud, diagnóstico, pronóstico, plan de tratamiento, beneficios, riesgos y alterativas terapéuticas.

Por su parte, los pacientes ambulatorios son aquellos que no requieren ser hospitalizados, pero que acuden al hospital para realizarse estudios como resonancias magnéticas, pruebas de laboratorio, cirugías menores con técnicas menos invasivas, consultas de seguimiento con un especialista, exámenes de rutina, etc.

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